El ambiente de este Clásico es raro. Me van a disculpar, pero no veo yo este Barça – Madrid como aquellos partidos corajudos y de estar pegado al televisor porque en cada jugada había polémica, había emoción, había gritos… En definitiva, había fútbol.
Ahora el coronavirus ha cambiado el panorama mundial y el del fútbol. Los partidos sin espectadores restan emoción al encuentro. Los gritos de la afición, que bien intenta replicar la televisión -poniéndolos enlatados y con aficionados por ordenador- no son lo mismo. Nos gustaría tal vez, en un Clásico como este escuchar el sonido ambiente, es decir, a los jugadores y entrenadores. Aunque viendo últimamente a ambos clubes, el silencio podría ser la tónica dominante del encuentro.
El Madrid llega tocado, muy tocado. Derrota ante el Cádiz en un partido que parecía de pretemporada pero más sonrojante fue la acaecida ante el Shakhtar, un 0-3 al descanso que todavía escuece entre la afición madridista en la competición madridista por excelencia. Además, la derrota en el Clásico de baloncesto en la Euroliga tampoco ayuda a calmar los ánimos.
El rey de Europa cayó ante un equipo de suplentes en la misma semana que viaja a un Camp Nou que espera agrandar la herida madridista. La buena noticia de los de Zidane es que vuelve Ramos, el único que parece mantener intactos los valores del club y la competición. Un guerrero vuelve a la defensa. Zidane se ha encomendado a él, el único jugador que le sigue funcionando a la perfección al equipo que, cuando no está, sufre mucho.
Al otro lado Koeman y el Barça. Que tocó fondo con aquella sonrojante goleada del Bayern y con el anuncio de marcha de Messi pero que ha sabido reponerse y en este inicio liguero solo la derrota ante el Getafe hace tambalear a un equipo que parece no sostener Messi si no Ansu Fati.
Los azulgrana llegan con problemas a nivel extradeportivo con la moción a Bartomeu y la negativa a la bajada de sueldo de algunos jugadores, pero a nivel deportivo llega enchufado después de vencer con solvencia al Ferencvaros en su primer partido en Europa.
Las estadística en este duelo está a favor de Zidane que en cinco visitas al Camp Nou como técnico, nunca perdió. Dos victorias y tres empates es su bagaje. Un bagaje al que hay que sumar la experiencia de sus jugadores en contraposición a los jóvenes valores de su rival. Esto puede ser positivo, porque los madridistas saben lo que es un Clásico pero puede jugar a favor de los barcelonistas que, siendo más jóvenes, querrán salir a comerse a los de Zidane.
La presencia o no de Griezmann en el once de Koeman es la principal duda aunque el hecho de que no disputara un solo minuto ante el Ferencvaros hace sospechar que el francés, a quien el holandés ha prometido ser uno de los estandartes de su proyecto, será titular.
En el Real Madrid hay dudas sobre el sistema que elegirá Zidane, quien podría reforzar el centro del campo con cinco centrocampistas con un 4-5-1 o bien apostar por el esperado 4-4-2, con un compensado centro del campo con Kroos, Modric, Casemiro y Valverde, y Vinicius acompañando a Benzema en el ataque.
Faltan horas para salir de dudas en un ambiente que será raro pero de Clásico.
