El piloto de skeleton Ander Mirambell, que acabó en el puesto 24 en los Juegos de Invierno de Pekín, tiene claro que no continuará si no es para ser competitivo, por lo que pide un proyecto «motivante» para el futuro, así como más inversión para los deportes de invierno en España, donde cree que todavía no se ha «alcanzado la cima» y existe «mucho margen de mejora», mientras que recuerda que «en la vida la medalla no lo es todo» y que muchas veces, como es su caso, lo mejor «es llegar al objetivo» o dejar un posible legado en su deporte.
«Llegué el sábado de Pekín y el domingo ya estaba en el gimnasio. Ahora estoy de vacaciones y el otro día fui a jugar al tenis, a correr. Me estoy manteniendo en forma, mi objetivo es continuar, no sé si será todo el ciclo, puede que sí. La clave estará en las reuniones para saber en qué consiste el proyecto, la federación tiene que apostar por el skeleton. Tengo claro que, si voy a arrastrarme a los circuitos, no voy a continuar, si voy a acabar el último tampoco. Hay que estar en concidiones y con un objetivo motivante», explica Mirambell en una entrevista a Europa Press tras acudir a la presentación de la nueva edición de ‘Revolution on Ice’.
El catalán terminó su participación en Pekín 2022 en el puesto 24, mismo resultado que en Vancouver 2010 y Sochi 2014. «No estoy satisfecho, porque siempre quieres más, pero con los recursos que hemos tenido es lo máximo que he podido conseguir. No estuve allí en octubre porque no había presupuesto, eso significó 45 bajadas menos. Pensaba que las diferencias serían menos, pero ha sido complicado en un circuito tan técnico», lamenta.
«La vida sigue, lo hemos dado todo, llegué fundido a la salida, no estaba mi entrenador… Pasaron muchas cosas que justifican el resultado, pero eso no significa que esté contento con él», añade el barcelonés.
En Pekín 2022, Mirambell completó sus cuartos Juegos, una hazaña que no está «al alcance de mucha gente». «Ya es diferente, pero se te sigue poniendo la piel de gallina. A nivel mental ha sido más duro por todo lo que implica vivir en burbujas, pero cuando te pones el casco y compites en unos Juegos… Soy el hombre más feliz del mundo», confiesa.
«Leyenda y referente son palabras muy grandes. Referentes y leyendas son Regino (Hernández), Javi (Fernández), Queralt (Castellet), gente que ha llegado al éxito. Pero en la vida la medalla no lo es todo, llegar a ese objetivo ya es la medalla de uno mismo y ese es más mi caso. Para mí tiene el mismo valor tanto el que la consigue como el que acaba la prueba. Así es como yo veo el deporte», manifiesta Mirambell.
«VER QUE LA GENTE EMPIEZA A PRACTICAR SKELETON POR MÍ ES UN REGALO»
Así, el legado que un deportista deja a futuras generaciones se convierte en algo «mucho mejor que una medalla». «Una medalla se queda en un cajón, pero que el día de mañana, cuando tengamos 70 años, puedas ver gente que está haciendo skeleton y tu fuiste el que abrió el camino, con el machete, es un regalo. En la vida puedes formar parte de un libro de historia y que se quede cerrado, o puedes ver que la historia continúa y la gente continúa tu camino. Eso sería magnífico», afirma.
Y es que, para el piloto de skeleton, este ciclo olímpico hasta Pekín ha sido más complicado. «La preparación en pandemia ha sido más dura porque hay más soledad. Antes acababa la competición y podías ir a cenar con los compañeros, ahora hasta los vestuarios son por turnos. Pierdes mucho la parte humana, a nivel mental lo has entrenado, pero hay que adaptarse y entender que esta es la nueva realidad. Al final tú cuando disfrutas es compitiendo», expresa.
«El mejor sentimiento como deportista es cruzar la meta y poder abrazar a tu familia. Y luego desfilar por tu país, es ‘acojonante’, y si encima llevas la bandera… No encuentro adjetivos. Cuando me dijo Alejandro Blanco que sería el abanderado me quedé petrificado, fue tremendo. Cuando entras en el estadio… Es alucinante, una pasada. Puedes imaginarte cómo es subirte a un podio, pero desfilar en unos Juegos con la bandera, viendo los aros…», señala sobre su experiencia en estos Juegos junto a Queralt Castellet.
Para Mirambell, todo el proceso hasta la propia competición es lo más vibrante e importante para el deportista. «Vivimos en una ‘sociedad Facebook’, lo primero que hago cuando acabo mi carrera es colgar el tiempo y la posición. Vivimos en una sociedad marcada por la imagen y por lo que dicen los demás, y nos olvidamos de que una competición es la consecuencia del trabajo hecho, nos tenemos que quedar con eso», recalca.
«¿Es más importante el minuto de bajada o cómo te has preparado durante meses y años? Los que sabemos lo difícil que es ese proceso valoramos mucho más todo el camino. Es una de las cosas que me gustaría cambiar en la sociedad, el partido lo puedes ganar o perder, pero lo importante es cómo lo juegas y cómo llegas de preparado», insiste.
«LOS DEPORTES DE INVIERNO EN ESPAÑA TIENE RECORRIDO»
El deportista reconoce que está «un poco loco» al practicar este deporte en España, por lo que pide más herramientas para «poder continuar con esta locura». «Los deportes de invierno tienen recorrido en España, pero se necesita un cambio de mentalidad en la sociedad. Que gente de Madrid y barrios que no han podido acceder a la nieve puedan ir a la nieve. Crear una ‘semana blanca’ para todos los colegios, por ejemplo», aporta.
«Hay que evolucionar y crear un proyecto acorde a nuestra sociedad. Tenemos nieve, pistas de hielo… Para mí lo más importante es invertir en que la gente pueda practicar el deporte», asevera Ander Mirambell, que participado también en 10 Mundiales.
Por ello, el catalán persiste en dotar de más presupuesto a los «deportes de invierno, sobre todo en hielo». «Cuanto más se invierta es mucho más fácil mejorar. Y hay mucho margen de mejora, no hemos llegado a la cima, estamos en la base. Faltan deportistas, entrenadores, material…», concluye sobre el futuro de estas disciplinas en España.