Europa defiende su actual hegemonía en la Ryder Cup en ‘territorio enemigo’

El equipo de Europa tratará a partir de este viernes de defender la prestigiosa Copa Samuel Ryder y alargar su actual dominio en la Ryder Cup, cuya 43 edición tendrá a los Estados Unidos como anfitrión en el recorrido de Whistling Straits y con Jon Rahm y Sergio García como representantes del golf español.

La gran competición golfística bianual que reúne a los mejores jugadores europeos contra los estadounidenses también se vio afectada por la pandemia de coronavirus, que obligó a retrasarla un año, principalmente por su falta de sentido si se hubiese jugado sin público, sin duda uno de los alicientes de este evento que despierta emociones y pasiones.

Los locales, capitaneados por Steve Stricker, parten con favoritismo por su condición de anfitriones y por contar, a nivel de ranking mundial, con un poderoso ’12’, pero los visitantes, con el irlandés Padraig Harrington al mando, han sido los grandes dominadores de los últimas ediciones, con cuatro victorias de cinco posibles desde 2010, y nueve de doce desde 1995.

Sin embargo, esa tres derrotas han sido todas en visita a suelo estadounidense, la última en 2016, por un claro 17-11, un revés que puso fin a su mejor momento histórico en la Ryder Cup con tres triunfos consecutivos, con el recordado ‘Milagro de Medinah’ de 2012 con José María Olazabal de capitán y manteniendo su fortaleza en casa, donde no pierde desde 1993.

Y tras aquella famosa y épica remontada de hace nueve años, las tres siguientes ediciones no han estado en exceso igualadas, con victorias claras para los vencedores. Ahora, Europa defiende trofeo y el dominio que mantiene sobre su rival (12-8) desde que la competición se extendió a jugadores del Viejo Continente.

A nivel de jugadores, Padraig Harrington volverá a contar con un equipo ya con experiencia, con sólo tres debutantes: el noruego Viktor Hovland, el austriaco Bernd Wiesberger y el irlandés Shane Lowry, con los dos primeros permitiendo el estreno de sus respectivos países en este evento.

Junto a ellos, siete que se encargaron de recuperar en 2018 la copa en París, entre ellos los españoles Sergio García y Jon Rahm, además del norirlandés Rory McIlroy y los ingleses Ian Poulter, Paul Casey, Tommy Fleetwood y Tyrell Hatton. Otro veterano como el inglés Lee Westwood, y su compatriota Mark Fitzpatrick, que estuvo en 2016, completan la ‘Armada’ europea.

Y frente a ellos, un equipo estadounidense más renovado, con ‘rookies’ como Collin Morikawa, Xander Schauffele, Scottie Scheffler, Harris English, Patrick Cantlay y Daniel Berger, que se unen a Dustin Johnson, Jordan Spieth, Justin Thomas, Tony Finau, Brooks Koepka y Bryson DeChambeau, supervivientes de la sonora derrota en Le Golf National. Un combinado donde Johnson, Morikawa, Cantley, Schauffele, Thomas, DeChambeau, Finau y Koepka están en el ‘Top 10′ mundial’, un dato que no suele tener tanto peso específico en esta competición.

GARCÍA, 10ª PARTICIPACIÓN, RAHM, 2ª, PERO COMO NÚMERO UNO Y CON MAJOR

Pero ninguno de esos jugadores locales ostenta la distinción de número uno del mundo, que es para un europeo y español. Jon Rahm se presenta en Whistling Straits encabezando el ranking y dispuesto a mejorar sus prestaciones respecto a su estreno en la competición hace tres años.

Entonces, el de Barrika, con 23 años, notó algo la presión de todo lo que rodea a la Ryder Cup, y no pudo sumar nada en los dos ‘fourballs’ que disputó junto a Justin Rose y el carismático Ian Poulter. Sin embargo, en el domingo decisivo, ofreció una mejor versión y dio su punto individual batiendo además a alguien tan simbólico como su ídolo Tiger Woods.

Y ahora, además de ese aprendizaje en la mochila y de su condición de número uno mundial, Rahm llega a su segunda Ryder con mucha más madurez en su juego y a nivel personal. Lo primero, está reflejado en su buena regularidad y en tener ya un ‘major’, el pasado US Open, y lo segundo en detalles como su primera paternidad.

El vizcaíno podría formar pareja con el otro español en liza, un Sergio García que parece tener grabado en su ADN esta competición en la que no falta desde su irrupción en 1999 con tan sólo 19 años. Desde entonces siempre ha estado en el equipo europeo, bien por méritos propios o por invitación, como en esta ocasión y en 2018.

Harrington bien sabe lo que jugadores como el castellonense o Poulter dan cuando juegan este evento y el irlandés no renunció a ninguno de ellos, sobre todo al primero, que en su décima participación, una menos que Westwood, tendrá la misión de engordar aún más esos 25,5 puntos conquistados, récord de la Ryder. El miércoles probó con Rahm y Europa estará deseando que ambos fragüen un dúo tan sólido como el que formaron en su época Seve Ballesteros y José María Olazabal.

La competición arrancará sobre las 14.00 de este viernes, hora peninsular española, con la disputa de los cuatro primeros ‘foursomes’, donde cada jugador de la pareja se alterna en los golpes, mientras que para la tarde quedarán los ‘fourballs’, donde cada jugador juega su bola y cuenta la mejor. Este formato se repetirá el sábado y el domingo se jugarán los doce individuales.

Whistling Straits tendrá una puesta a punto para los ‘pegadores’ anfitriones, a pesar de que este recorrido tipo ‘link’ en el Lago Míchigan puede hacer sentir como en casa a los europeos. Un entorno natural, pendientes del viento y del frío, muchas zonas en las que puede ir mal, mucha trampa de arena pero, como suelen decir los golfistas, un campo justo con los golpes buenos.