Sonny Colbrelli atina a la tercera en el Dauphiné y roza el liderato

El ciclista italiano Sonny Colbrelli (Bahrain-Victorious) ha ganado este martes la tercera etapa del Critérium du Dauphiné, disputada entre Langeac y Saint-Haon-Le-Vieux sobre 172,2 kilómetros, en un duro esprint en el que superó al español Alex Aranburu (Astana), mientras que Lukas Pöstlberger (BORA) sigue líder de la general.

A 2,2 kilómetros de meta, un giro de casi 180 grados indicaba que la carretera empezaba a picar algo hacia arriba. Y, el final, se hizo interminable y agotador para muchos, hasta para unos Colbrelli y Aranburu que se alternaron en cabeza pero, al final, el italiano logró hacer valer sus mejores piernas. Y no es líder por sólo 2 segundos.

Había un esprint intermedio en Viverols, y si Colbrelli hubiera sumado los 3 segundos de bonificación de pasar primero, sería líder. Pero la fuga de dos lo impidió. El italiano, eso sí, hizo su trabajo en la línea de meta y se impuso, en un final duro y que no le iba a medida, para ganar en el Critérium tras dos segundos puestos en las dos primeras etapas.

Loïc Vliegen (Intermarché-Wanty-Gobert) y Omer Goldstein (Israel Start-Up Nation) eran cabeza de carrera, pero esta vez la fuga no llegó a buen puerto, a diferencia de las dos primeras etapas de este Dauphiné. Goldstein fue cazado a 28 kilómetros de meta y, Vliegen, a 22.

Desde entonces, lucha por el triunfo de etapa con un esprint masivo en la mente de todos. No obstante, no fue una aproximación tranquila, y a 15 kilómetros, demasiado lejos de la zona neutralizada, se cayeron cuatro ciclistas, entre ellos un Guillaume Martin (Cofidis) que opta a la general.

Además, pese a que Cofidis retrasó a varios ciclistas para ayudar a su líder a reengancharse con el grupo principal, Martin se vio descolgado de sus propios compañeros. Sin dejarse ir, apretó los dientes y, de nuevo con ayuda, sí logró entrar en el pelotón y dejar en anécdota la caída. Eso si no tiene consecuencias físicas.

Este miércoles llega la contrarreloj individual, en la cuarta etapa, de 16,4 kilómetros entre Firminy y Roche-La-Molière. Una crono llana pero engañosa, con su segunda mitad picando hacia arriba y un final también en ascenso. Oportunidad para cambiar la general provisional tras esta etapa de transición para los aspirantes al triunfo final.