Pese a todas las impresionantes vistas en Pebble Beach que pueden ser tan relajantes, Daniel Berger no pudo escapar de la tensión cuando llegó al hoyo final el domingo en el AT&T Pebble Beach Pro-Am.
Estaba empatado en el liderato, necesitando un birdie en el hoyo 18 par 5 para ganar. A su derecha estaban los marcadores fuera de los límites debajo de una fila de setos, donde Berger golpeó su viaje el sábado que llevó a doble bogey. A su izquierda estaba el Océano Pacífico.
Dos de los mejores golpes de su carrera -un drive en la calle y una madera 3 de 250 yardas de distancia – lo dejaron a 30 pies y dos putts de distancia. Berger lo superó con un putt de eagle para una firmar una vuelta de 65 golpes (-7) y una ventaja de 2 golpes sobre Maverick McNealy.
Terminó con 18 bajo para su cuarta victoria en su carrera. Ganó por segunda vez desde que el PGA Tour regresó al golf en junio de su pausa COVID-19, comenzando con una victoria en los playoffs en Colonial.
«Quería ganar el torneo de golf. No quería perderlo en el último hoyo’,dijo Berger. «Sólo quería salir y tratar de pegar el mejor golpe que pudiera, y no iba a ser conservador con la madera 3», dijo Berger.
El torneo, que contó con sólo tres jugadores del top 20 del mundo, consiguió que uno de ellos ganase, Berger, que estaba fuera del top 100 del mundo cuando regresó a los torneos en junio tras las lesiones de muñeca.
Spieth terminó entre los cuatro primeros por segunda semana consecutiva, una fuerte señal de que su juego está regresando después de una sequía que se remonta a su victoria en el Royal Birkdale 2017.
