Champions League

Inter 0-2 Real Madrid: El espíritu del campeón sigue en Italia

El espíritu del campeón sigue entre las gradas del Meazza o de San Siro, según se mire. Pero aquel Real Madrid que se hizo con la Undécima en aquel estadio, pareció poseer al actual y le hizo enderezar su andadura en esta Champions tras vencer al Inter. Los de Zidane parece que están viendo, por fin, la luz.

El equipo blanco ha hecho lo más difícil a priori en esta Champions, arrebatar dos victorias al Inter caer contra el Shakhtar de manera bochornosa y empatar ante el Borussia Moenchengladbach, lo cual sirvió en su momento para pensar que no podría ni clasificarse para la Champions y ahora para pensar que podría hacerlo incluso primero de grupo. Ya ven, el fútbol.

El Inter jugó el peor partido que podía jugar y los de Zidane lo aprovecharon. Los blancos fueron muy superiores a los de Conte que con la pareja Lukaku-Martínez asustaron más de inicio y por nombre que por actuación. Mucha de la culpa de la no actuación de la delantera interista fue la pareja Varane-Nacho y el orden que se impuso en los blancos. Cerrando huecos y llegando a las ayudas.

También es cierto que el gol de Hazard ayudó y también es cierto que la expulsión de Vidal ayudó mucho más, porque el chileno es de esos que no te gusta tenerlo nunca enfrente, tanto es así que el árbitro en menos de 10 segundos le sacó dos amarillas por protestar que lo mandaron al vestuario

El primer gol llegó de penalti en cinco minutos. Una posesión larguísima que acabó con Barella echándose encima de Nacho y provocando el penalti que, a falta de Ramos, transformó Hazard. Lucas, en un espectacular partido, envió un balón al palo cuando peor lo estaba pasando el Inter.

Cuando los de Conte intentaban salir de esos momentos difíciles, Vidal les volvió a meter en el pozo. Una exagerada protesta contra Taylor para reclamarle un penalti no pitado acabó con él en el vestuario y su equipo con 10 para toda la segunda parte.

La charla le vino bien a los italianos que salieron como un vendaval y casi se acaban llevando por delante a los blancos que, por momentos, parecieron ese Madrid que se mete atrás y empieza a sufrir como si de un niño viendo una película de miedo se tratase.

Zidane se dio cuenta, como todos los presentes, y decidió mover el banquillo. Dio entrada a Casemiro por Odegaard y a Rodrygo por Mariano. Lo hizo en un cambio y antes de que diese tiempo a entender y explicar el porqué de hacer los cambios en un córner, cuando nunca se hacen, Rodrygo en el primer balón que tocaba, la jugada secundaria que había salido del córner acababa en la red. Lo inexplicable del fútbol, por eso no somos entrenadores.