Masters de Augusta

The Masters: una excusa para empezar a ver golf en la televisión

Esto iba a ser una previa sobre el Masters de Augusta pero a medida que estaba pensando en el artículo que escribir y cuando me he puesto a teclear, se me ha ocurrido que la columna iba a ser del Masters si no del golf en la televisión.

Del Masters hay mucho que contar, como por ejemplo que en este fatídico 2020 que nos gustaría olvidar pero que nunca olvidaremos, Augusta va a cerrar el calendario de los majors de este año. Hay que olvidarse de la Ryder, el gran evento entre Europa y Estados Unidos que será para el próximo año.

El favorito para llevarse la chaqueta verde este año es Bryson DeChambeau. El estadounidense juega en casa y viene de ganar el US Open haciendo un -6. Además será el primer rival de Rahm en su asalto por la chaqueta verde. DeChambeau, conocido como ‘El científico’ en el circuito, ha terminado de explotar y con la pandemia de por medio, solo ha jugado dos torneos para prepararse para el Masters, además, viene de probar un palo nuevo con el que ha conseguido superar las 400 yardas.

Me gustaría pensar que Rahm es el siguiente en la lista, pero antes de él está el número uno del mundo Dustin Johnson, ya fue favorito en 2017, pero no pudo jugar por lesión y la chaqueta, afortunadamente, se la llevó Sergio García, que ahora no estará por coronavirus. El año pasado acabó segundo y este año llega al frente de la clasificación mundial.

Y sí, el tercero en la búsqueda del título es Jon Rahm. Aspira a llevarse a España la sexta chaqueta verde  y ser el cuarto vencedor en Augusta después de Seve, Olazabal y García. El de Barrika está fino, lleva una temporada muy regular y ha llegado a colocarse número uno del mundo, todo un hito para el golf español. El campo, el Augusta National Golf Club, se le da bien y eso siempre es esperanzador.

Creo que a ellos habría que seguirlos de cerca, porque son los que más probabilidades de victoria tienen, pero no hay que olvidar al siempre presente Tiger Woods, al muy regular Brooks Koepka y a una de mis debilidades y que hasta la pandemia parecía que completaría por fin el Grand Slam, Rory McIlroy.

Tras contar lo importante, mi alegato es a favor de lo televisivo que es este deporte. Lo descubrí hace años en aquella lejana Ryder del milagro de Medinah, me tocó hacer la cobertura del torneo, y fue la primera vez que entraba en contacto con el mundo del golf. Reconozco que nunca he cogido un palo de golf y que jamás he ido a un campo a jugar.

Las retransmisiones de golf tienen algo atrayente y absorbente. La realización de los torneos siempre me ha parecido absorbente. A cualquiera que le guste el formato multipantalla en las retransmisiones de la Champions o de la Europa League no entiendo que no le pueda gustar ver golf. Tiene el ritmo de ver los cambios de protagonista, tiene la alegría de ver cómo vuela la bola -indicada por una línea hecha en postproducción al momento, muy parecida a la de la NFL- y la tensión por ver si la bola entra o termina el búnker.

No me enrollo más. Prueben a ponerse la jornada del domingo de este Master de Augusta en el que todo estará por decidir y luego díganme si no han disfrutado con la tensión y el ritmo de realización del torneo.