Ha muerto una leyenda del fútbol inglés, Norbert ‘Nobby’ Stiles, campeón del mundo con Inglaterra en 1966 y de Europa con el Manchester United, a los 78 años tras años de lucha contra un cáncer de próstata y un avanzado estado de demencia, según ha confirmado el club.
El defensa de Collyhurst no tuvo una vida fácil, cuando era solo un niño se cayó de bruces mientras veía un partido del United y perdió los dientes incisivos. No tenía mucha calidad pero era un jugador trabajoso, que terminó por destacar en el fútbol colegial. Es en ese momento cuando Busby, que estaba rehaciendo al Manchester United de la tragedia de Munich se fijó en él.
En las categorías inferiores destacó y además era fácilmente reconocible porque le faltaban dientes, apenas tenía pelo -empezó a perderlo desde muy joven- y corría con la cabeza echada para atrás, reconociendo en ‘After the Ball’ -su biografía- que tenía miopía pero lo llevaba en secreto.
Sin apenas oportunidades, la lesión de Maurice Setters, le abrió la puerta de la titularidad en el primer equipo y, como mediocentro defensivo se desempeñó con solvencia, repartiendo ‘mamporros’ a diestro y siniestro y persiguiendo por todo el campo a Jimmy Greaves, una de las figuras del momento en Inglaterra. El Manchester ganó aquel partido ante el Tottenham (3-2) y Stiles se quedó en el puesto para siempre. El cometido que tenía era defender al mediapunta rival. Aquel ‘o el balón o el hombre, los dos no’, Stiles lo llevó a las últimas consecuencias.
Nobby era temido en todos los campos de fútbol tanto en Inglaterra como en el mundo entero. El primer mundial retransmitido para todo el mundo dio cuenta de la forma de jugar del centrocampista inglés. Además, cuando jugaba no tenía amigos y hasta a sus compañeros de equipo en el United, cuando los visitaba con la selección también les daba patadas. Eusebio y Onega, en aquel mundial que Inglaterra ganó en 1966, terminaron llorando desquiciados por cómo repartía el bueno de Nobby Stiles.
La victoria de Inglaterra y la forma de celebrarlo de Stiles, con la copa del mundo en una mano, y en la otra la dentadura postiza que se ponía para las grandes ocasiones dio la vuelta al mundo e incluso ha inspirado una canción.
La forma que tenía de jugar, fea y sucia, hizo que la opinión pública se le echase encima. Se quejaron por cómo jugaba Inglaterra y cómo jugaba el United y eso obligó al seleccionador inglés a ir poco a poco apartándolo del equipo.
El runrún obligó, incluso, a inventar las tarjetas de amonestación que entrarían en vigor en 1970. Hasta ese momento, el árbitro solo amonestaba de manera verbal a los jugadores, algo que parecía ineficaz para frenar a Stiles. Eso sí, no fue el primer expulsado inglés, ese honor lo tiene el central Mullery.
Las semifinales de 1968 de la Copa de Europa que ganó el United tuvieron el protagonismo del reencuentro entre Stiles y Eusebio. Ya se pueden imaginar lo que sucedió, Stiles repartió patadas hasta en el carné de identidad del portugués del Benfica.
Muy poco después, en 1971, aún con 28 años, tuvo que dejar el United para pasar al Middlesbrough. Las tarjetas le borraron del gran fútbol. A los dos años estaba de jugador-entrenador en el Preston North End.
A nivel de clubes, disputó 11 temporadas y 395 partidos con el Manchester United, con el que conquistó la primera Copa de Europa del equipo en 1968, además de dos campeonatos de liga y dos FA Cup.
Jubilado tras entrenar varios equipos medios sin mayor éxito, en 2010 fue noticia mundial cuando se supo que subastó en Escocia sus medallas de campeón del Mundo y de Europa -las compró el United por 200.000 libras-. Corrió el rumor de que lo hizo por estar arruinado, pero lo cierto fue que tiene tres hijos y dos medallas, y le parecía más práctico dejarles en herencia dinero en vez de una pelea.
