Celta 1-4 Real Sociedad: Todo en orden por Balaídos

La Real vence al Celta de Vigo en Balaídos y vuelve a colocarse en lo más alto de la clasificación. Los vascos firman una nueva goleada y confirman su buen estado de forma.

El Celta y la Real Sociedad llegaban al partido con dinámicas bastante diferentes. Los gallegos acumulaban cinco partidos sin ganar y los donostiarras venían lanzados tras golear al Huesca y consumar su liderato. El encuentro iba a determinar si estas trayectorias eran fruto de la casualidad o se correspondían con la realidad. Y así fue, el resultado ratificó los momentos por los que atraviesan ambos equipos, reflejando las razones por las que son totalmente opuestos.

Tardó poco la Real en imponer su ley. Los de Imanol tomaron el control de la posesión y se adueñaron del centro del campo. Barrenetxea se encargó de llevar el peligro por su banda los primeros minutos. Cada vez que llegaba el balón al canterano el equipo ganaba verticalidad. El cuadro txuriurdin monopolizaba la pelota pero no terminaba de percutir en zona de tres cuartos. Los locales se limitaban a perseguir jugadores de negro.

Le estaba costando a los de San Sebastián hilvanar jugadas ofensivas, y en la primera vez que lo consiguieron vino el gol. Tras una buena combinación el esférico llegaba a la banda donde se incorporaba Aihen Muñoz, el joven lateral de primeras centraba para que David Silva de cabeza se estrenara como goleador realista. Los vigueses intentaron reaccionar rápidamente y tras sacar de centro tuvieron su primera oportunidad en el partido pero Nolito disparaba demasiado flojo.

El partido se abrió y en seguida Mikel Oyarzabal disfrutaba de una ocasión para el 0-2. El choque enloqueció y el balón iba de un área a otra rápidamente. Aspas tuvo el empate tras quedarse solo ante Remiro. El de Moaña estaba algo escorado, y de primeras intentó sorprender pero su remate se marchó desviado. El duelo estaba bonito y los acercamientos se sucedían continuamente. Y en uno de ellos los visitantes conseguían el segundo gol. Tras un intercambio de pases en campo celtista, Zubimendi filtró un balón exquisito a la espalda de la defensa para Oyarzabal. El capitán se abrió paso con algo de fortuna y la picó por encima del portero. La pelota golpeaba en el palo y el rechace le caía al propio jugador que con la rodilla la introducía en la portería.

Los de Oscar lejos de venirse abajo siguieron intentándolo, pero su ímpetu y ansiedad interferían en las tomas de decisiones que no terminaban de ser las mejores. Los vascos por su parte cada vez que alcanzaban campo rival llevaban peligro. La primera parte terminaba y la sensación era de absoluto control guipuzcoano.

El técnico local buscaba tener más posesión y metía a Brais Méndez. Por su parte Alguacil daba descanso a Oyarzabal que se quedaba en el vestuario. El Celta comenzó mejor el segundo periodo. Estaba con un marcha más que en la primera mitad y tuvo un par de buenas aproximaciones por las bandas. Pero pronto la fe se desvanecería y el conjunto celeste se inmolaba. Murillo se durmió y Portu le robó la cartera en una zona comprometida, el atacante cedió a Willian José que a placer ampliaba la renta de su equipo. La buena disposición con la que había salido fue en vano. El gol hundió definitivamente a los de Pontevedra y la media hora restante se antojaba como un mero trámite para los visitantes. El preparador vasco aprovechaba para dosificar su plantilla y realizó dos cambios. Guevara y Arambarri sustituían a Guridi y Gorosabel.

William José celebra uno de sus dos tantos. Vía: Real Sociedad

Un espejismo

Sólo había un equipo en el terreno de juego. El Celta desapareció completamente y la Real jugaba plácidamente. Rubén Blanco salvó el cuarto tras un contundente cabezazo de Willian José en un saque de esquina. Pero cuando todo hacía indicar que poco más iba a suceder en el partido los locales se encontraban con un halo de luz. El árbitro señalaba un penalti bastante dudoso de Le Normand sobre Méndez. Aspas engañó a Remiro y daba alas a su equipo, aunque quizás era demasiado tarde. Pero ni por esas pudo el cuadro gallego agarrarse al choque. Minutos después los mismos protagonistas del tercer gol realista se encargaban de noquear de nuevo a los locales. Portu volvió a quedarse solo ante el guardameta tras un buen pase y regalaba otra vez el gol a su compañero. Ya no hubo más tutía.

La Real sigue creciendo y continúa en su línea positiva, líder de la tabla, mostrando un gran potencial ofensivo y desplegando un juego atractivo. En Vigo todo sigue igual y lo sucedido en el día de hoy no invita al optimismo. Será una semana clave para el devenir de Oscar que si ya estaba en el alambre, lo de esta tarde podría haber sido la estocada definitiva.