LaLiga Santander

El Madrid golpeó primero, golpeó fuerte y sin piedad

Foto: EP

Sería un Clásico con distinto atmósfera pero hay cosas que nunca cambian. Las ganas por hacer el máximo daño posible al eterno rival.

Como si de ‘Cobra Kai’ se tratase, la serie en la que los ‘millenials’ están descubriendo lo que fue ‘Karate Kid’, el Madrid, que amenazó en la víspera con salir de negro como si fuesen los ‘Cobra Kai’, eligió el blanco para disputar el último Clásico de la década.

Vestido de blanco pero bajo las lecciones de un Zidane que pareció John Kreese, el Madrid golpeó primero, pero ni duro ni sin piedad. El pase al hueco de Benzema a Valverde en el minuto 4 abrió las costuras del Barcelona que vio cómo el uruguayo hacía el primero. El Barça se repuso rápido. No habían pasado ni dos minutos cuando el automatismo por excelencia de los azulgrana volvía a salir pero con distinto protagonista.

Balón en profundidad para Jordi Alba que llega hasta la línea de fondo y pone el pase raso atrás para que entre, en este caso, Ansu y no Messi para marcar el empate. Cuando pegas primero hay que hacerlo sin piedad y duro. El Madrid no supo hacerlo y, tras el gol, vio cómo los de Koeman le comían terreno. Pese a los colores, los de casa eran Daniel Larusso, el hombre convertido en vendedor de coches pero con la capacidad de hacer mucho daño si se lo proponía, como demostró en la ocasión casi cantada de gol de Messi que paró Courtois.

El ambiente era tan distinto que al principio nos llevamos las manos a la cabeza cuando vimos que Nacho se iba al banquillo en el 41 por Lucas. Nunca sabremos si el cambio era por lesión o por la amarilla, entendemos que sería las molestias del lateral las que llevaron a Zidane a hacer el cambio. Eso sí, la mayoría de los ataques del Barça llegaron por la banda del madrileño y con el mismo automatismo, Alba hasta el final de la línea y balón atrás.

En la segunda parte el Madrid salió algo más enchufado y llegó a conseguir un par de córners seguidos pero fue Ansu el que tuvo la primera y la más peligrosa. También lo intentó Jordi Alba y es que el lateral español llevaba el peligro siempre en sus botas. Coutinho estuvo cerca de hacer el segundo gol, golpeando de cabeza un balón centrado desde la banda derecha por un gran Ansu Fati.

Un penalti

Quién nos diría que en la segunda parte pasaríamos del kárate al judo y es que un agarrón de Lenglet en el área en lo que parecía un salto a ninguna parte de Ramos, el colegiado Martínez Munuera pitaba penalti tras acudir al VAR. El primero en liga desde la temporada 2006/07, aquel lo marcó Van Nistelrooy, el de hoy, Ramos. El Madrid volvía a pegar pero esta vez duro.

Modric salió a socorrer al equipo porque Valverde, con problemas de salud, no podía continuar en el campo. El uruguayo, como acostumbra, dejó todo en el campo y ni dos sobres de glucosa salvaron al madridista de salir del campo después de tirarse al campo mareado.

La polémica llegó un minuto después, cuando después de una mala parada de Courtois, que despejó el balón al centro del área, y en el rebote al tiro de Coutinho el balón dio en el brazo de Varane. Los azulgrana reclamaron penalti pero el árbitro no lo entendió así.

Desde aquí el monólogo fue del Barça, algún intercambio de golpes pero los de Koeman llevaron la iniciativa en todos los ataques y es que necesitaban un gol y tirar de épica. El Madrid, en cambio, dio un paso atrás ante el cansancio que demostraron los fallos de precisión en los pases de Vinicius y de Asensio que se marchó agotado del campo por Rodrygo.

Al Madrid le quedó la última, la de sin piedad. Una copia exacta de lo que García hizo con el hijo de Johnny Lawrence. Lucas se internó hasta la línea de fondo y un pase atrás para la entrada de Kroos que paró Neto. Y en la siguiente jugada un balón franco colgado por Lucas para Ramos que también sacó Neto.

Y al final, sin piedad. Gol de Modric que con un alarde de sangre fría y aprovechándose de que el Barça estaba volcado arriba los de Zidane sentenciaron por medio de Modric que vio cómo Neto se vencía y cómo iba dejando cadáveres a su paso. Con el exterior de la pierna derecha y con Benzema solo reclamando el pase, el croata hacía el gol.

Al final, el Real Madrid que salió y pegó primero, fuerte y sin piedad se llevó el último combate de la década en el Camp Nou, al contrario de lo que le pasó a Johnny Lawrence, el Madrid reescribió la historia de Karate Kid.