Giro de Italia

Jhonatan Narváez se lleva la victoria en el aguacero de Cesenatico

El ciclista Jhonatan Narváez ha ganado este jueves la duodécima etapa del Giro de Italia, con salida y llegada en Cesenatico con 204 kilómetros de recorrido, en una jornada pasada por agua y de frío en la que fue el mejor de la fuga, con el pelotón y el líder Joao Almeida (Deceuninck-Quick Step) dejando hacer a los escapados.

Narváez, campeón este año de la Settimana Internazionale Coppi e Bartali, sigue de dulce en territorio italiano al vencer, contra pronóstico y algo de fortuna por un pinchazo de su rival, Mark Padun (Bahrain-McLaren), en esta etapa en la que no se movieron los favoritos de la general.

Dentro de una fuga de hasta 14 corredores, el terreno escarpado y las fuerzas de cada uno acabaron con una dupla cabecera; Narváez y Padun. El ucraniano, sobre el papel, iba a ser más rápido en un mano a mano final pero, a 24 kilómetros de meta, pinchó y tuvo que cambiar de bici. Y, con ello, perdió la etapa.

No le esperó Narváez y, cuando Padun estaba arañándole segundo a segundo en su caza individual, dio todo de sí el ecuatoriano para, en ese pulso directo, ahogar y fundir a Padun, que se resignó a seguir intentando convertir en realidad esa utopía de dar con un Narváez eufórico y pletórico.

Por otro lado, fue una etapa en la que apenas se movieron los favoritos de la general. En un recorrido de continuo sube y baja, sin apenas kilómetros en llano, ningún aspirante a vestir la ‘maglia rosa’ tras la crono final en Milán hizo un movimiento en firme por arrebatársela al actual portador Joao Almeida.

En la subida a San Giovanni in Galilea (4ª categoría, 4,7 kilómetros al 5,6 por ciento de pendiente media), intentó el italiano Domenico Pozzovivo (NTT) acelerar el ritmo e irse pero su movimiento solo redujo, y poco, el grupo.

Fue un tímido intento de cambiar el orden de las cosas. Pese al duro trabajo previo de su equipo, un NTT que fue el único que impidió que la fuga gozara de aún más margen del que tuvieron, Pozzovivo ni atacó, sólo aceleró, y nadie le dio continuidad. Día gris, sobre mojado, sin lugar a florituras.

Este viernes, la decimotercera etapa partirá de Cervia y llegará a Monselice tras 192 kilómetros. Una jornada prácticamente llana hasta los 30 kilómetros finales, en los que aparecen dos cotas de 4ª categoría, dos pequeños muros que podrán sazonar algo una etapa pensada para otra fuga o esprint masivo.