Bádminton

Carolina Marín: «Quiero meter 2020 en un cajón y no abrirlo más»

La campeona olímpica de bádminton Carolina Marín ha reconocido que necesita «meter 2020 en un cajón y no abrirlo nunca más», ya que ha sido un año complicado a nivel personal y deportivo, pero que ya tiene mirada puesta en los «dos objetivos principales» de 2021, los Juegos Olímpicos y el Mundial de Huelva, competiciones que afrontará «totalmente recuperada» de la grave lesión de rodilla que hizo que se le pasaran «muchas cosas por la cabeza».

«Tengo ganas de dejar atrás este 2020. Desde lo que me pasó personalmente en febrero no tengo duda de que necesito que pase este año, que lo cerremos totalmente, lo metamos cerrado en un cajón y no lo abramos nunca más. Al final me han pasado muchas cosas y muy fuertes», explicó Marín en una entrevista a Europa Press, después de unos meses en los que sufrió la pérdida de su padre y vio suspenderse los Juegos Olímpicos debido a la pandemia.

La onubense está pasando página «totalmente recuperada» de la lesión de rodilla que sufrió en enero de 2019. «¿Cómo antes? No me gusta comparar. Me encuentro bastante bien, aunque no quita que es una rodilla operada y quizá no tengo la flexibilidad total como antes. Pero se dobla perfectamente y he ganado toda la musculatura que tenía antes, incluso más. Me encuentro muy bien y muy segura de mi rodilla», indicó.

La campeona olímpica y mundial protagoniza la docuserie ‘Carolina Marín. Puedo porque pienso que puedo‘, que se estrena el 19 de octubre en la plataforma Amazon Prime Video y donde se puede comprobar de primera mano cómo fue la recuperación de aquella lesión, entre otros aspectos de su vida personal y deportiva.

«Físicamente obviamente fue doloroso, sobre todo porque cinco días después de la operación ya estaba con la raqueta en la mano, sentada en una silla con la pierna alta. Mentalmente también fue bastante duro porque con una lesión grave se te pasan muchas cosas por la cabeza, inseguridades, miedos, si volveré a ser la misma de antes, si volveré a ser la número uno… Todas esas cosas se te pasan por la cabeza», reflexionó.

Los JJOO hasta el último momento

Con la vista puesta en el futuro, Marín disputará la semana que viene un torneo en Dinamarca. «De momento solo tengo este torneo. Veremos lo que nos deja jugar la pandemia. Iremos viviendo el día a día, viendo lo que decide la federación internacional», se resignó, después de que se hayan aplazado hasta enero los tres torneos importantes que se iban a celebrar en noviembre en Tailandia. Por su parte, los Juegos se trasladaron al próximo verano, pero la jugadora no descarta la cancelación definitiva de la cita olímpica.

«Sí se te pasa por la cabeza. Todo esto empezó en marzo, estamos ya en octubre y son muchos meses sin competir. Por otro lado, te dejan claro que los Juegos Olímpicos se iban a hacer sí o sí, quizá hasta sin público. Sinceramente, creo que hasta el último momento no sabremos si pueden celebrar o no. Lo que prima es la salud de los deportistas y meternos a todos en una villa olímpica es algo bastante arriesgado. Imagino que todo el tema de seguridad y restricciones lo tendrán en cuenta», recalcó.

Más margen queda hasta el Mundial de Huelva, previsto para noviembre de 2021. «Me daría mucha rabia que en mi Palacio de Deportes, con mi nombre, en mi ciudad, no hubiera público. Todavía queda más de un año, esperamos que por aquel entonces la pandemia se haya acabado. Pero los Juegos Olímpicos son más especiales porque son cada cuatro años, un Mundial lo tenemos cada año. Son mis dos objetivos principales para 2021″, resumió.

Posibilidad de un secuestro

La andaluza se siente «bastante madura» para afrontar todas estas metas. «Tengo ya 27 años y he participado en muchas competiciones de altísimo nivel contra las mismas jugadoras. Nos conocemos perfectamente las unas a las otras. No sé si he llegado a mi pico de madurez, pero está claro que son muchos años de alta competición», recordó.

Respecto a los 14 años de convivencia que acumula su entrenador Fernando Rivas, una relación que «tiene altibajos como todas las relaciones», destacó la minuciosidad de su técnico.

«Para los Juegos Olímpicos teníamos todos los detalles planificados por si podía pasar cualquier cosa, que a mí no me despistase nada. Teníamos controlado hasta cómo me podía afectar si secuestraban a mis padres. Cómo me puede afectar que algún fan me diga alguna cosa, o el Mundial de 2018, cuando jugué la semifinal contra una China con 5.000 chinos de público. Son muchas cosas las que intentamos llevar controladas desde España», dijo.

Por último, Marín reconoció que «ha sido un poco raro» sentir que le seguía siempre una cámara. «Yo no he llevado nunca ninguna cámara ni en los entrenamientos ni en la competición, pero todo el equipo de producción ha entendido cómo era nuestra vida y se han adaptado muy bien. Las medallas son muy bonitas, pero nadie se puede imaginar la gente que tengo a mi alrededor y gracias a esta docuserie se pueden ver muchas cosas que la gente no se puede llegar ni a imaginar», finalizó.