El ciclista francés Julian Alaphilippe acabó este domingo con más de dos décadas de sequía de su país en la prueba de fondo de los Mundiales de Ciclismo y se convirtió en el nuevo campeón del mundo gracias a un ataque demoledor en el tramo final del duro recorrido de más de 258 kilómetros en la localidad italiana, que no pilló bien situado en ese momento ni a Alejandro Valverde ni a Mikel Landa, apartados de la lucha por las medallas.
Alaphilippe estaba señalado como uno de los favoritos junto al belga Wout van Aert y esta vez, en una carrera tan imprevisible como suele ser esta, sí se confirmaron los pronósticos con el corredor del Jumbo-Visma colgándose la plata, la segunda tras la lograda el viernes en la crono. El bronce fue para el joven suizo Marc Hirschi (22 años), mientras que el mejor español fue Valverde, en la octava posición a 53 segundos, con Landa decimosexto.
El de Saint-Amand-Montrond, en plena madurez ciclista (28 años), supo cuando atacar y luego echó el resto en los kilómetros finales para convertirse en el primer francés en enfundarse el maillot arco iris desde que en 1997 lo lograse en San Sebastián su compatriota Laurent Brochard, una edición donde Francia hizo doblete con el título en contrarreloj de Laurent Jalabert.
Nadie pudo responder a Alaphilippe, experto corredor de pruebas de un día, y la decena de segundos que logró amasar le valieron, ayudado también porque sus perseguidores empezaron a pensar en el resto del podio, para conseguir la victoria con tiempo para celebrarla y en un año tan difícil para él por el fallecimiento de su padre.
La carrera no se agitó hasta que restaban 70 kilómetros para el final y justo cuando el grupo engulló a los dos últimos valientes (Jonas Koch –ALE– y Torstin Traeen –NOR–) de la pequeña escapada que lo había intentado desde muy lejos. Fue entonces cuando Francia aceleró al pelotón y la prueba cambió de ritmo, con los componentes de la selección española bien colocados.
Al inicio de los franceses le dio continuidad Bélgica que fue la que tomó la responsabilidad de liderar al gran grupo que iba ya seleccionando poco a poco a sus aspirantes. Y el primero que decidió moverse fue el esloveno Tadej Pogacar. El campeón del Tour de Francia, que kilómetros antes había tenido que hacer un esfuerzo extra para reincoporarse al pelotón tras cambiar la bici, atacó de una forma sorpresiva en la Cima Gallisterna a falta de algo más de 40 kilómetros, pero no hizo cundir el pánico.
El joven ciclista de 21 años no logró abrir brecha en su intento y apenas se fue en principio más allá de la decena de segundos, principalmente porque atrás no hubo desorganización a la hora de lanzarse a la captura. Bélgica, con las ideas muy claras, asumió la ‘caza’ con tranquilidad y sabedora de que el terreno y la distancia le favorecía, aunque Pogacar afrontó la última vuelta rozando el medio minuto de ventaja.
España se movió para echar una mano con Luis León Sánchez porque los kilómetros se iba consumiendo y el ganador del Tour era capaz de mantener a raya a sus perseguidores repitiendo una especie de contrarreloj como la que la semana pasada le coronó en la ‘Grande Boucle’. Pero todo se acabó para él en el Mazzolano donde Mikel Landa se dejó ver tirando justo antes de que atacase el neerlandés Tom Domoulin para alcanzar al esloveno de cara a los trepidantes 20 kilómetros finales.
Vincenzo Nibali probó también para una Italia poco protagonista en casa, pero, con Landa raudo a su rueda, tampoco tuvo éxito, por lo que todos los aspirantes se citaron en la dura subida final al Gallisterna. Allí emergió la figura del campeón olímpico Greg Van Avermaet para dar otro acelerón que hizo daño y aunque Valverde, Landa y Herrada aguantaron, perdieron unos metros cuando se llegaba a la cima que acabó con sus opciones.
Ahí, atacó demoledor Alaphilippe. El francés no encontró respuesta y enfiló su camino hacia el arco iris, perseguido infructuosamente por Van Aert, Hirschi, Primoz Roglic, Jakob Fuglsang y Michal Kwiatwoski y que se jugarían la plata y el bronce al esprint, ganado fácilmente por el belga y con el suizo frustrando a Kwiatkwoski. No pudieron estar en esa pelea ni Valverde ni Landa, que perdieron la estela hacia el podio en el momento clave y ya no pudieron recuperar ese terreno.