La venezolana Yulimar Rojas batió el récord del mundo de triple salto bajo techo en la reunión internacional ‘Villa de Madrid’ que se disputó en Gallur, gracias a un último salto de 15.43 con el que desató la locura en la capital española, escenario de un cierre mayúsculo del ‘IAAF World Indoor Tour’.
Desde que fue presentada a las siete y poco de la tarde, hasta que se convirtió en la mejor triplista de la historia en techo cerrado a eso de las ocho y cuarto, Rojas tuvo a Madrid en su mano. Una relación de mutuo beneficio, con más de 3.000 personas deseosas de presenciar una cita única y con una atleta de las elegidas, que superó por siete centímetros un récord vigente desde 2004.
El idilio de la venezolana de 24 años con Gallur, “eje” de su carrera desde 2016, vivió un capítulo de emoción, tensión y explosión para regalar a la instalación del barrio de Carabanchel su primer récord del mundo. Rojas coqueteó con esa plusmarca que poseía la rusa Tatiana Lebedeva (15.36) con un 15.29 en su cuatro salto y en el cierre de su concurso, con la grada partícipe de la carrera y los tres brincos, la pupila de Iván Pedroso hizo historia.
La atleta afincada en Guadalajara tiene ya la segunda y la tercera mejor marca de todos los tiempos, tras el 15.41 que hizo el año pasado en Andújar (Jaén) al aire libre. La cuatro veces campeona del mundo y plata olímpica en Río de Janeiro comenzó su actuación dirigiendo las palmas del público madrileño. Sólo con Rojas hubo unanimidad durante la tarde-noche y su primer salto fue un nulo de mucho suspense porque apuntaba ya a récord, rondando el 15.40.
El segundo, un 14.65 con el que ya mandaba de sobra entre sus rivales, sin terminar de estar contenta. Menos con un nulo después. “Iván, dile que se calme”, decían en su equipo. El legendario saltador y ahora entrenador pidió esa calma a su pupila, pero además le dio cuatro minutos de información valiosa. Rojas volvió con un 15.29 que ya retumbó en la pista, con dos intentos más. El quinto no llegó a aterrizar y en el sexto voló. Los 15.50 de Inessa Kravets son la siguiente cima y Tokyo 2020 el mejor escenario.