Ryder Cup

Molinari, rey de la fiesta europea

El último día en el Le Golf National no podía ser otra cosa que una fiesta. Si desde el pasado viernes la actitud de los allí presentes era más de festival que de torneo importante, este domingo hemos podido ver que la Ryder es lo más parecido a un macroconcierto de música.

Esto de que la Ryder se parezca a un festival como el FIB o el Sonorama lo hemos descubierto este año, en Versalles y contra el mejor equipo americano de la historia. Sí, cuando Europa estaba llamada a la solemnidad y a la seriedad de enfrentarnos a un equipo así, la afición europea ha convertido el Le Golf National en la fiesta del golf. Como no podía ser de otra manera y como manda la tradición, la fiesta siempre la ponen los españoles y los italianos. Rahm y García por un lado y Molinari por otro.

Tras la exhibición mostrada en los fourballs y los foursome de sábado y domingo y ante la posibilidad de hacerlo fácil el sorteo deparó grandes enfrentamientos en los singles, a favor de Europa siempre estuvo que cuatro puntos y medio traían la copa de vuelta a casa. La mañana empezaba con un cartel de lujo, McIlroy y Thomas. Partidazo asegurado que durante varios hoyos se decantó del lado europeo pero unos fallos en el 15 y 16 volcaron la gran actuación que había tenido el irlandés para dar la victoria a Estados Unidos. El primer punto de uno de los estandartes europeos se diluía en el hoyo 18.

Mientras McIlroy jugaba sus hoyos en escena también vimos a Fleetwood. El debutante que había hecho hasta el momento todo bien junto a Molinari caía estrepitosamente ante Finau, paseo militar del de Utah 6 y 4. Que se compensaba con un animal de Ryder como es Ian Poulter, la elección del capitán que solo ha perdido un enfrentamiento individual desde 2004 no defraudó y venció a DJ.

El enfrentamiento complicado era el Rahm-Tiger pero el ‘León de Barrika’ consiguió imponerse al tigre 2 y 1 consiguiendo el primer punto en Ryder para el español que ha jugado como si llevase las nueve que lleva Woods. Por otro lado, Sergio García se enfrentaba a Fowler con un reto en mente, ser el jugador con más puntos en la Ryder y lo consiguió, salía en la octava posición y el español no falló, 25,5 puntos en la historia de la Ryder Cup, 2 y 1 al americano y poniéndose de cara.

Olesen, salía séptimo, el que menos esperanzas daba al equipo europeo, jugando contra Spieth pero al que sacó los colores, 5 y 4 para ‘Thor’ Olesen, dando la sorpresa para alegría de los aficionados.

El destino, caprichoso como siempre ponía a Molinari, triunfador total de esta Ryder, frente a Mickelson. El italiano solucionaba la papeleta con 4 y 2, cerrando así una competición perfecta ganando todo lo que jugó, algo que ningún europeo había conseguido nunca y que para ver algo igual hay que remontarse a 1979 con Larry Nelson. No bastando con eso, su golpe ganador en el hoyo 16 daba a Europa la Ryder.

Lo que viene después es la fiesta. Molinari tirándose al público junto con Fleetwood. Cantando y llorando de alegría mientras Reed, entre risas mandaba callar al público al vencer a Hatton 3 y 2. Los últimos partidos en Le Golf National transcurrieron sin mucho interés con victoria de Stenson ante Watson por 5 y 4 y del debutante Noren ante el también debutante Dechambeau por uno arriba.

El único empate de esta Ryder lo ponía Koepka y Casey que daban ese medio punto en el tercer partido del día mientras que Rose que no ha llegado a cuajar una gran Ryder a nivel individual era derrotado por Simpson 3 y 2.

La Ryder vuelve a casa cuatro años después. Entre bailes y cánticos de más de 70.000 espectadores, y jugadores. Bjorn suma un triunfo que sabe a poco por ese abultado 17,5 a 10,5 pero que es un resultado muy trabajado ante el mejor equipo estadounidense de la historia.